El
rey pretendía comunicarse con su dios para interrogarle por el amor
de la reina. No obstante, para lograrlo, él tenía que aprender
primero el lenguaje divino, y sólo la reina se lo podía enseñar.
Ricardo
Sumalavia, Enciclopedia mínima
Pontífica Universidad Católica del Perú - FONDO EDITORIAL Lima, 2004 |
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