Monday, September 28, 2015

Cristalizan los momentos...

a D.


Esta mañana en la parada del autobús, luego ya de camino a la oficina y al final, entre llamadas, terminé la novela.
 

Por lo mucho que me gustó el libro, en todas las dimensiones que se valoran en una novela, porque me capturó, me embrujó y todavía no me he recuperado, siento ahora este vacío que dejan en ti las novelas que te llegan al..., al corazón, a todo tu ser quizá. Pero ahora hay también algo más, algo mucho más profundo... Porque Emilia y Daniel, sobre todo en las escenas finales, me hicieron revivir momentos esenciales de hace un mes, que si antes no se habían esfumado, ahora se me han venido encima con toda su intensidad, con toda su fuerza, como un puñal que se te queda clavado. 


Pero, estoy muy feliz.


© 2015, Cristiana Bobeva


* * *

Tenía mi rostro entre sus manos y me miraba a los ojos, con esa mirada directa y limpia a través de la cual se podía avistar su interior. Me era difícil hablar. Las palabras «amor», «añoranza», «promesa» se habían transformado en recipientes demasiado reducidos para contener la magnitud de mis sentimientos. Permanecimos de pie, detenidos en ese contacto donde se cristalizaban los momentos que habíamos pasado juntos.
 

Carla Guelfenbein, Contigo en la distancia

© 2015, Carla Guelfenbein



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