[…]
Un repentino estruendo me sacó
de mi arrobamiento, haciéndome
estremecer con
violentísima sacudida. Había sonado el primer
cañonazo.
Un
navío de la retaguardia disparó el primer tiro
contra el Royal
Sovereign, que mandaba
Collingwood.
Mientras trababa combate con
éste el Santa Ana, el
Victory
se dirigía contra nosotros. En el Trinidad todos demostraban
gran ansiedad por comenzar el
fuego; pero nuestro comandante
esperaba el momento más favorable. Como si unos navíos se lo
comunicaran a los otros, cual piezas pirotécnicas
enlazadas por una
mecha común, el fuego se corrió
desde el Santa Ana hasta
los dos extremos de la línea.
El
Victory atacó primero al
Redoutable,
francés, y
rechazado por éste, vino a quedar frente a nuestro
costado por barlovento. El momento terrible había
llegado: cien
voces dijeron ¡fuego!, repitiendo como un eco infernal la del
comandante, y la andanada
lanzó cincuenta proyectiles sobre el
navío inglés.
Por un instante el humo me quitó la vista del
enemigo. Pero éste, ciego de coraje, se venia sobre nosotros viento
en popa. Al llegar a tiro de fusil, orzó y
nos descargó su
andanada. En el tiempo que medió
de uno a otro disparo, la
tripulación, que había podido observar el daño hecho al enemigo,
redobló su
entusiasmo. […]
Benito
Pérez Galdós, Trafalgar
The Battle of Trafalgar by William Clarkson Stanfield Oil on canvas. |
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