Saturday, September 13, 2014

La telaraña de los recuerdos

Es muy extraña la manera en la que se entretejen los recuerdos.

Primero vino el del primer poemario de Federico García Lorca: Libro de poemas. Aquí he publicado varias de las obras que incluye: "Elegía a Doña Juana la Loca", "Canción oriental" y "Lluvia". Una amiga me regaló para el cumple anterior una selección bilingüe en castellano e inglés. Para el último trabajo de curso de literatura española (del siglo XX), trabajé con cinco de sus poemas, todos protagonizados por mujeres. Buscando crítica literaria, me pareció que a ningún estudioso le habían interesado los primeros poemas del granadino, o, lo que es más probable, yo no supe dónde y cómo buscar información. Por eso tuve que hacer el análisis sola. Fue una experiencia sumamente difícil, pero también enriquecedora, porque me resultaba imposible trabajar sobre un autor tan querido sin volverme demasiado subjetiva. Sin embargo, al final el trabajo quedó bien y me gradué en la asignatura de la mano del poeta que más quiero en las Letras españolas.

Pues bien, me puse a hojear dicho libro para publicar aquí otro de sus poemas y me encontré con "Una campana". Pensando en qué imágen ponerle, de repente se me apareció la de una de las campanas de la torre de la Catedral de Cádiz, a la que me subí un mes antes de partir. Aquí les dejo el resultado:

© Cristiana Bobeva

Una campana
Octubre de 1920

Una campana serena,
crucificada en su ritmo,
define a la mañana
con peluca de niebla
y arroyos de lágrimas.
Mi viejo chopo,
turbio de ruiseñores,
esperaba
poner entre las hierbas
sus ramas
mucho antes que el otoño
lo dorara.
Pero los puntales
de mis miradas
lo sostenían.
¡Viejo chopo, aguarda!
¿No sientes la madera
de mi amor desgarrada?
Tiéndete en la pradera
cuando cruja mi alma,
que un vendaval de besos
y palabras
ha dejado rendida,
lacerada. 

Federico García Lorca

Archivo personal.

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