Friday, August 21, 2015

Ese pájaro...

El jazz no me gusta demasiado pero esta definición suya en RAYUELA es verdaderamente fascinante. Además, cuando leía el párrafo, me acordé que tenía guardada una foto que le quedaría muy bien. Bueno, seguro que hay mejores, pero al leer, me vino a la mente justo esta, por eso la dejo aquí. Creo que algún amigo o conocido de Facebook la había publicado en su perfil, pero ya no me acuerdo, el que la reconozca, que me escriba, por favor. No tengo ni la más mínima intención de violar derechos de autor.

Y ahora, dejémonos de habladurías, ¡que ya suena el jazz!

©Cristiana Bobeva

***
[…] ...y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde y esta noche en Viena está cantando Ella Fitzgerald mientras en París Kenny Clarke inaugura una cave y en Perpignan brincan los dedos de Oscar Peterson, y Satchmo por todas partes con el don de ubicuidad que le ha prestado el Señor, en Birmingham, en Varsovia, en Milán, en Buenos Aires, en Ginebra, en el mundo entero, es inevitable, es la lluvia y el pan y la sal, algo absolutamente indiferente a los ritos nacionales, a las tradiciones inviolables, al idioma y al folklore: una nube sin fronteras, un espía del aire y del agua, una forma arquetípica, algo de antes, de abajo, que reconcilia mexicanos con noruegos y rusos y españoles, los reincorpora al oscuro fuego central olvidado, torpe y mal y precariamente los devuelve a un origen traicionado, les señala que quizá había otros caminos y que el que tomaron no era el único y no era el mejor, o que quizás había otros caminos, y que el que tomaron era el mejor, pero que quizá había otros caminos dulces de caminar y que no los tomaron, o los tomaron a medias... […]


Julio Cortázar, RAYUELA (cap. 17)


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